¿Cómo podemos alcanzar el éxito? Es una de las preguntas que más nos hacemos, ¿Qué necesitamos? ¿Cambiar nuestros hábitos? Ésta se ha convertido con facilidad en la literatura popular entre las personas, incluso dentro de la Iglesia del Señor.
Lo primero que debemos hacer es fijar la vista en nuestra meta: ¿quién se ha convertido en nuestro ejemplo a seguir?; ¿quién es la persona más exitosa de la que tenemos conocimiento?. Puedo anticipar cuáles nombres estarán en la lista: Bill Gates (cofundador de Microsoft), Mark Zuckerberg (inventor del Facebook), Andrés Moreno (fundador de Open English), Lionel Messi (no necesita presentación) y, como arquitecto no puedo dejar de mencionar a Alejandro Aravena (primer latino en ganar del premio Pritzker de Arquitectura 2017). Sé que al menos uno de ustedes concordará con uno de mis ejemplos, otros tendrán la vista en algún otro personaje famoso, pero creo que se cumplió el ejercicio.
Una vez definida nuestra meta podremos extraer las características de una persona exitosa:
1. Una carrera en la que obtenga la admiración de
las personas.
2. Estabilidad económica, y auto-sustentabilidad.
3. La sensación de autosuficiencia e independencia.
Nada menor a esto es apetecible para nuestros sueños, toda persona por debajo de este estándar queda excluida ya que no cumple con los requisitos. Por lo que ni pensar en que la cárcel, la pobreza formen parte del futuro de los miembros de nuestra lista o nuestro éxito por venir.
No puedo evitar pensar quiénes están por fuera de la lista, ¿a quién estoy excluyendo? ¿A mi mamá y hermana? Dos personas cuya valentía se asemeja a la de David. Tal vez mi opinión no sea muy objetiva en este punto...
Pero, ¿y los 12 apostoles? Casi todos mártires de la fe... Asimismo, me pregunto ¿son Jeremías e Isaías inferiores a Daniel por culminar sus vidas fuera de la corte de un rey? … Y más importante aún, el Señor Jesús, ¿consideramos su obra inferior por no estar entre almohadones de lujo en el momento de su muerte? O, por el contrario, ¿su éxito reside en lo deshonrosa de tal experiencia?
No pienso que la clave del éxito es la pobreza, así como tampoco lo es la riqueza. Recuerde que "raíz de todos los males es el AMOR al dinero", no el dinero en sí mismo.
Nuestras vidas no deben ser regidas por cómo podemos obtener más dinero, ya que corremos el riesgo de ser más proclives a quebrantar nuestra integridad con ese fin y terminamos distorsionando los cristales de nuestra fe para ver nuestra realidad con menos deshonra. Por el contrario debemos definirnos cada día por una pregunta: ¿Cómo puedo agradar más a Dios? ¿Cómo puedo glorificar el nombre de Dios?
"Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él. Respondió Juan y dijo: ...Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe."
Juan 3:26-30
Pienso que cuando un hijo de Dios cumple el llamado del Espíritu Santo con pasión, bajo la completa comprensión de hacia Quién debe dirigir el rostro de sus seguidores, ese es un verdadero hombre exitoso; así como Juan el Bautista que desempeñó su labor con valor y dedicación para luego mostrarle a sus discípulos Quién era el verdadero protagonista, mientras salía de escena lentamente.
Dios les Bendiga.
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