lunes, 4 de diciembre de 2017

DIOS QUE ROMPE PARADIGMAS

DIOS QUE ROMPE PARADIGMAS


     Muchas son las teorías que el hombre en su rebelión ha intentado desarrollar para explicar la creación.
     Se ha hablado desde la teoría del big bang, donde los científicos plantean que al principio no había “nada”, y entonces, explotó, hasta la teoría de las cuerdas, pasando por la expansión del universo. Hasta los creyentes defienden algunas de estas teorías, sin reflexionar que ninguna ha sido demostrada, sino que se han seguido una a la otra, sin detenerse a pensar qué hacía Dios mientras tanto. ¿Estaría distraído?, o ¿solo dejó que la traviesa creación se desarrollara espontáneamente?
Me confieso ortodoxa al respecto. Si dudo de una sola palabra de la Biblia, dudo de todo su contenido. En ella está el fundamento de mi fe. Mi referencia como persona, como creyente, está en los principios que emanan de su contenido. Dudar de un solo relato o principio de su contenido socavaría las bases que sostienen mi identidad como creyente, como persona, hasta como mujer con roles determinados por la Biblia.
     De manera que me deleito en pensar en el relato de la creación que Dios nos da en su palabra. ¡Qué derroche de poder!, cada vez que Dios hablaba, surgían los elementos, las especies, la diversidad, la belleza. Solo bastaba con que Él hablara: “Sea la luz…”, “Júntense las aguas …”, “Produzca la tierra…”.
     Hasta que llegó el momento de la creación del hombre. Finalizaron las órdenes para dar lugar al moldeado. Con cuidado amoroso, desde el primer momento, Dios dedicó especial atención al hombre. Se tomó el trabajo de moldearlo (“Dios formó al hombre del polvo de la tierra”. Gen. 2:7). Sopló aliento de vida. Y lo hizo. Con ternura. A su imagen. A su semejanza. Con conocimiento, afectividad y voluntad.
     ¿No podía haber dicho el Altísimo: “Hágase el hombre”? No tengo duda de que tuvo y tiene el poder para hacerlo. Pero, Él prefirió moldear, con cuidado, con amor, personalizando esta obra, el hombre.
     ¿Cómo le pagamos? Desobedeciendo … Ni aun así le tomamos por sorpresa. Él ya tenía un plan para nuestra redención. ¡Qué plan perfecto! ¡Qué tierno cuidado!
     El plan perfecto. Pesebre. Cielo estrellado. Estrella. Establo. Pastores. Olores a naturaleza. Esa que fue creada con el poder de su palabra, se constituía en escenario magistral para Su llegada, para su recepción. No palacios hechos por el hombre. No esquemas hechos por el hombre. Dios que rompe paradigmas. 
    En lugar de trono, una cruz. En lugar de cetro, una vara. En lugar de corona de oro, un enredo de espinas. En lugar de batalla, humillación. En lugar de honores, vituperios. En lugar de himnos, burlas. En lugar de sacerdotes, publicanos y pecadores. Una vez más, Dios que rompe paradigmas.
    ¿Cómo no romper el paradigma humano respecto a la creación? Dios lo dice, Dios lo hizo. Aunque no suene “razonable” según la perspectiva humana. Aunque nos señalen de fanáticos. Seguirán surgiendo nuevas teorías y paradigmas. Seguramente, algunos serán aceptables, pero si en uno solo de sus planteamientos contradice a la Biblia, la palabra del Dios Creador, me seguirá gustando llamarme ortodoxa. Escojo la Biblia, Su palabra, porque mi Dios es Dios que rompe paradigmas.



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