LA VICTORIA DE LA DERROTA
Antes de que inicie a leer esta reflexión permítame decirle que cualquier parecido con la realidad NO ES “COINCIDENCIA”
Escena: N°1

¿¿Es éste el Apóstol Pedro??
Escena: N°2

¿¿Es éste el Apóstol Pedro??
Escena: N°3
“ Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; más me seguirás después. Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti. Jesús le respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.” (Juan 13:36-38)
¿¿Es éste el Apóstol Pedro??
Escena: N°4

¡Este es el Apóstol Pedro!
¿La diferencia?
El que era menos seguro de sí mismo, el que había comprendido que no era tan integro, lleno de fe y amor como creía, el que no se atrevió a afirmar delante del Maestro que le amaba más que al resto; al Pedro que le había negado… A éste, el Señor Jesús entregó el diploma de Apóstol y uno de los doce pilares de la iglesia, a éste calmó anunciándole que con la fortaleza del Espíritu Santo le glorificaría hasta con su forma de morir.
El Pedro fuerte y seguro de sí mismo, términó por ser el discípulo torpe de Jesús, el Pedro derrotado estuvo listo para ser usado por el Espíritu Santo y desempeñar grandes obras…
“No que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios”
2 Corintios 3:5
0 comentarios:
Publicar un comentario